Un 2 de Mayo más, recordamos aquellos héroes del pueblo que se rebelaron contra la opresión de unas élites que habían perdido todo sentido del honor y la justicia, siendo la chispa que dio origen a una revuelta que se extendió como la pólvora y supuso el inicio de una nueva época.
Es hoy que invocamos a su noble sacrificio, reclamando un ejemplo parecido que sea motor de una revolución tan urgente como necesaria. Viviendo una ocupación parecida que ya no necesita de soldados ni cañones, sino de bancos y multinacionales que nos convierten en siervos de ese imperio de la deuda, gracias a unas élites igual de cobardes y traidoras.

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