En su primer día como Presidente del Brasil, Jair Bolsonaro aprobó por decreto la reducción salario mínimo en el presupuesto del 2019, calculado en base a la inflación y la tasa de crecimiento del año pasado.
El cual funcionaba como referencia para las pensiones de jubilación, y las cuales también quedan desvinculadas de este índice.
También la fuerte presión de los distintos lobbys energéticos han hecho que se permita la concesión al Ministerio de Agricultura, la facultad para delimitar la demarcación de las tierras indígenas del país, las cuales quedan abiertas para actividades comerciales, hasta ahora prohibidas, como la minería.
Cuyas políticas de privatizaciones, como la venta de la eléctrica, Electrobras y próximamente la petrolera Petrobras o varios bancos públicos, así como sus nuevas redistribuciones territoriales, permitirán la entrada de capital extranjero para explotar sus tierras, absorbiendo más terreno a la selva, uno de los pulmones más importantes del planeta.
Luis Cortés
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