Un niño tiene derecho a saber de su procedencia.
Un niño tiene derecho a saber quién es su madre y su padre.
Un niño tiene derecho a saber cuales son sus raíces.
Un niño no es un derecho del adulto, es un ser humano de pleno derecho y por lo tanto no un objeto que dé lugar a un mercado o beneficio económico, ni siquiera puede ser el capricho o juguete de un adulto.
Un niño NO es mercancía.
Un niño NO es un objeto.
Un niño NO es el capricho o necesidad del adulto.
Un niño ES UN SER HUMANO DE PLENO DERECHO.
La gestación subrogada -o los vientres de alquiler- son la mayor expresión del capitalismo encarnada en la mercantilización de la infancia, alimenta la diferencia de clases (las ricas no alquilarán sus úteros, lo harán las pobres) y niega DERECHOS HUMANOS a los bebés, que se convierten en un mero objeto comercial que satisface la necesidad del adulto, sean las razones que sean, tan sólo porque quieren que tenga su ADN.
El TRÁFICO DE SERES HUMANOS tiene una nueva vía de ingresos gracias al alquiler de vientres, no podemos legitimarlo ni mucho menos respetarlo o apoyarlo.
Comunicación e Imagen de Pueblo
En breve revisaremos su comentario