Justicia ha detectado en tan solo 14 meses a 746 delincuentes sexuales que pretendían trabajar con niños.
Estos 746 individuos estaban condenados por delitos sexuales y habían solicitado el certificado para trabajar en contacto habitual con niños, según los últimos datos oficiales, a 31 de mayo de 2017.
Con la modificación del sistema de Protección a la infancia y la adolescencia de 2015, el Gobierno puso en marcha en marzo de 2016 un Registro Central de delincuentes sexuales, de este modo quien deseara trabajar con menores tenían la obligación de certificar que no tienen antecedentes de agresión y abuso sexual, acoso, exhibicionismo y provocación, prostitución y explotación sexual y corrupción de menores, así como por trata de seres humanos. Desde la activación de este registro, el número de certificados emitidos, alcanza los 2,5 millones, la gran mayoría negativos, excepto los 746 citados. El total certificado en el Registro de delincuentes sexuales asciende a 42.227 personas inscritas.
Desearíamos que, tal como solicita la Fundación ANAR, la Comisión de Infancia del Congreso de los Diputados emita en la próxima modificación de la ley, la caducidad de los certificados negativos, de manera que tengan que renovarse de forma periódica con en fin de evitar que se comentan delitos de esta naturaleza una vez obtenida dicha acreditación. Es decir, revisar que quien tiene la aprobación deba renovarla.
Nosotros vamos como siempre más allá:
¿Y si somos padres y precisamos de un cuidador o cuidadora en casa? Delincuentes sexuales los hay de cualquier sexo, y debiera haber un lugar donde verificar que la persona que se queda a cargo de nuestros hijos esté limpia de ese tipo de delitos. Los padres y madres tenemos derecho a ello creemos.
Llama la atención la gran cantidad de individuos que abusan de la infancia cuando éstos daños son para toda la vida, un daño familiar, social, a la humanidad, algo lo suficientemente importante como para poner toda la dureza posible en perseguir y castigar estos delitos. Sabemos que no dejan de delinquir este tipo de “personas”, no dejemos ni un resquicio por donde colarse para dañar la infancia, el pilar donde se yergue el humano adulto. Revisar la sociedad actual, es una revisión de nuestro trato a la infancia…
Comunicación e Imagen Pueblo
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