Los laboratorios se han convertido en una fuente inagotable de dinero para los mercados, donde no han dudado en poner a la ciencia al servicio de estas élites sin escrúpulos, que sin ningún tipo de reparos consiguen grandes beneficios a costa de nuestra salud y de modificar el propio equilibrio de la naturaleza, industrializando algo tan básico como la alimentación. Confunden a nuestro cuerpo, a costa de engañar a nuestra lengua, con azúcares procesados, sales, grasas, saborizantes artificiales tales como el glutamato mono sódico entre otros potenciadores del sabor y conservadores de alimentos, colorantes artificiales, al igual que muchos otros aditivos y componentes químicos.
Careciendo de propiedades nutritivas o incluso conteniendo caracteres adversos para nuestra salud, con el aumento del colesterol, déficit o carencia de vitaminas, sobrepeso, etc.
Su falta de ética para envenenarnos, modificando el desarrollo genético de plantas y animales, está provocando un cambio a peor en la dieta de la humanidad, que inevitablemente les pasará factura a futuras generaciones.
Exigimos una administración más implicada en desarrollar una agricultura libre de transgénicos y unos laboratorios al servicio del interés general, su salud, y no de las grandes oligarquías.
Comunicación e Imagen Pueblo
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